Se trata de un castillo medieval edificado por la Orden del Temple sobre una colina de 115 metros que domina tanto la actual población como el meandro del Ebro. Heredero de una fortificación islámica del siglo XI, los nuevos dueños templarios la desmontaron para construir su nueva siguiendo los criterios defensivos establecidos por la orden a Tierra Santa. Esto ha hecho uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar templaria en Europa, a pesar de las modificaciones sufridas en los siglos posteriores.
Castill templario s XII – XIII
En manos de los templarios desde el año 1153 la nueva edificación se llevó a cabo entre los siglos XII y XIII y consistió no sólo en las estructuras militares, sino también en todas aquellas destinadas a la vida religiosa de los templarios ya las actividades administrativas de la encomienda.
El acceso actual nos lleva ante la muralla oeste. Sus 25 metros de altura debían parecer aún más impresionantes cuando el parking era un foso para dificultar tanto un posible asalto como la excavación de minas para dañar los muros. Se trata de una sólida pared de sillares rectangulares muy bien cortados y perfectamente alineados. Para llegar a la puerta debía recorrer buena parte de la muralla norte, protegida por cinco torres. La puerta no es el original y la barbacana data del siglo XVII, en un intento de mejorar las defensas con la aparición de la artillería. A la derecha de la puerta, el imponente Torre del tesoro protegía la entrada.
Salas y recintos
La puerta daba acceso al recinto inferior, donde hubiéramos encontrado buena parte de las instalaciones de servicios necesarias por el castillo, incluyendo almacenes, corrales y cisternas. Se nos ha conservado solo parte de la llamada caballerizas, aunque en época templaria parece haber tenido funciones administrativas.
El paso al recinto superior se hacía en siglos XIII-XIV mediante un puente levadizo de madera que superaba un foso. En la zona de acceso encontramos aún el cuerpo de guardia y una cisterna. El espacio del recinto superior estructuraba en torno al patio de armas. A la derecha estaba el refectorio y en la izquierda un edificio hoy desaparecido donde habría probablemente las caballerizas y los dormitorios de los templarios. En frente se encuentra la bodega y los graneros. Encima suyo, la iglesia y la sala del Comendador. La iglesia, dedicada a la Virgen de la Gracia, es de una gran sobriedad, con una sola nave cubierta con bóveda de cañón y está perfectamente integrada en la estructura del castillo. Desde ella, una estrecha escalera de caracol nos permite el acceso a la terraza superior, donde las vistas sobre el río son impresionantes.