Situada a un par de kilómetros del río Matarraña, a su margen izquierda, el municipio de La Fresneda se dispone en la ladera de la colina de Santa Bárbara, bajo los escombros del antiguo castillo, derribado raíz de las guerras carlistas. La población fue conquistada por el rey Alfonso II en 1170 y cedida a la Orden de Calatrava, en manos de la que permaneció los siguientes seis siglos.

Accediendo a la villa desde el sur por la calle del Pilar, que recibe el nombre por la Capilla del Pilar, barroca del siglo XVIII, situada a media calle, encontramos en el fondo de un callejón a la izquierda del antiguo Convento de los Frailes Mínimos (San Francisco de Paula) o lo Convent, edificio renacentista del siglo XVI hoy restaurado como hotel.

A pocos metros calle arriba de la capilla encontramos uno de los monumentos más significativos de la ciudad, el Palacio de la Comanda. Construido en el siglo XVI en estilo renacentista como centro de poder de la Orden de Calatrava ante la incomodidad del castillo, es hoy de propiedad particular. En la planta inferior se abre una lonja con arcos de medio punto moldurados y soportados por columnas de fuste liso y capiteles jónicos. En la planta noble se abren cuatro grandes ventanales con balcones de hierro forjado. La segunda planta tiene una galería de pequeños arcos que lleva sobre la entrada a cuatro grandes arcos de medio punto moldurados.

Pasado el palacio se abre a mano derecha la Calle Mayor, un elegante calle porticada en su lado derecho que nos lleva hasta la Plaza Mayor. Los porches, a distinto nivel de la calle y ofreciendo una vista muy curiosa del conjunto, dan paso a pequeños callejones, algunos sin salida, que bajan hacia la Plaza Nueva y el Palacio del Marqués de Tosos, del siglo XVI. Se considera esta plaza en el centro de la antigua judería de la ciudad.

En la Plaza Mayor se encuentra el Ayuntamiento de la Fresneda. Se trata de un impresionante edificio renacentista del siglo XVI (fechado en 1596), construido en el mismo estilo de los demás de la zona, de los que es uno de los ejemplos más significativos. En la planta baja destaca la lonja con arcos de medio punto en dos crujías que da paso al ayuntamiento y en la cárcel, que se puede visitar y sin duda impresiona. En la planta noble encontramos tres ventanales renacentistas en la esquina de la calle y dos de manieristas al de la plaza, estos últimos unidos con un gran balcón para dar majestuosidad en la fachada principal. La segunda planta presenta en las dos fachadas una galería de pequeños arcos de medio punto. Un alero de gárgolas franqueado por dos torres cilíndricas y coronado por el reloj rematan la fachada.

Al final de la plaza está el Portal de Xifré, con un arco de medio punto, único resto de la antigua muralla que cerraba la población a la época medieval. Desde la plaza subimos hacia la parte alta del pueblo, donde destaca la iglesia de Santa María la Mayor de la Fresneda. Templo originalmente gótico pero completamente reedificado en el siglo XVII en un estilo de transición entre los estilos renacentista y barroco. De entrada lateral a través de dos puertas gemelas de medio punto, la iglesia tiene tres naves de medio punto. En el interior, dos capillas marcan los límites temporales de la construcción, una gótica y una rococó.
Sobre la iglesia están los restos del castillo, a las que se accede por una calle de casas en diferente estado de escombros que permiten entrever las técnicas constructivas del pasado en la zona.

Más allá están las ruinas de la ermita de Santa Bárbara, del siglo XVIII, sobre el cerro del mismo nombre, que domina todo el pueblo. Pero la ermita más impresionante del término es el Santuario de la Virgen de Gracia, a unos cinco kilómetros de la población por pistas no asfaltadas. Sin embargo, merece una visita.

Ficha técnica

Distancia: 28 km
Tardas en llegar: 25 minutos
Población: La Fresneda
Cómo llegar:

Ver ruta